El novelista, dramaturgo y también periodista Albert Camus, expresó: “Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala”, razonamiento que sigue vigente como la esencia de una prensa decidida a no ponerle precio a su conciencia, ya que puede comercializar espacios publicitarios, pero no su ética ni su ideología y es bajo este concepto en que surge el semanario “En la línea”, con el firme propósito de marcar una diferencia, con una fórmula simple: Dar sólo información. Sin pretender imponer juicios, “En la línea” expondrá los hechos como son y que sea el lector quien haga sus propias conclusiones. Información que en algunos casos pudiera ser del dominio público, pero que no todos se atreven a darla a Conocer, abordar temas de interés y no redundar en lo mismo que los demás.
Mantener una posición central, sin que ello signifique una postura
política, sino al contrario, una postura central porque no se inclinará hacia ningún partido o gobernante para exponer la información, ésta se dará sin importar colores y comprometidos únicamente con quienes nos distinguen con su preferencia de mantenerlos informados en la línea.